Tarea bien cumplida

Amigos del Bosque festejó el Día mundial del medioambiente con la visita de Alejandro Sequeira y Cecilia Ratti, quienes compartieron sus conocimientos sobre hongos silvestres durante una jornada inolvidable.

El domingo 5 de junio amaneció con un frío que invitaba a no despegarse de la estufa. Pero, así y todo, la invitación realizada por la Asociación Civil Amigos del Bosque de Santa Ana y El Ensueño resultó motor suficiente para abrigarse y salir al encuentro con la la naturaleza.

Durante la mañana el foco fueron los niños y las niñas y la cita fue en El Palenque, en Santa Ana. Alejandro Sequeira, diseñador gráfico, naturalista, divulgador científico y Cecilia Ratti, docente, cofundadora de la colección “Libros de acción” realizaron un taller donde les contaron jugando que los tres grandes reinos de los seres vivos que habitan el planeta pueden representarse con palabras que comienzan con efe: fauna, flora y funga. En el taller propusieron diversos juegos interactivos con palabras, acertijos visuales y desafíos gráficos. ¿Cuál es el animal más grande del mundo? ¿Y la planta? ¿Qué ser vivo mide kilómetros? ¿Te animás a inventar una criatura entreverando dos animales? ¿Podés hacer volar un elefante?

El intercambio de información resultó espectacular, los niños y niñas demostraron un interesante conocimiento el mundo que los rodea mientras disfrutaban de las actividades.

Por la tarde gran cantidad de adultos se sumó, porque los niños continuaron presentes, y en una larga caravana automovilística que se armó de forma espontánea y solidaria, se desplazaron hacia el bosque de la entrada de Artilleros. Allí se inició la recorrida por un micosendero donde Sequeira y Ratti fueron aportando información sobre las distintas especies de hongos que los participantes iban descubriendo a su paso. Así, aparecieron los Amanita muscaria, también conocidos como matamoscas o falsa oronja, los Laccarias, el Yesquero bermellón u Hongo estante, además de los hongos del Eucaliptus y del Pino, entre muchos otros. En cada descubrimiento hubo una inquietud y para cada pregunta hubo una respuesta.

“Fue una jornada divina, muy completa. Con un grupo maravilloso que demostró un interés y conocimiento que generó un ida y vuelta hermoso. Volvimos agradecidos y con la sensación de tarea bien cumplida” comentó Alejandro Sequeira cuando la noche del domingo avanzaba y todos volvían al calor de sus estufas.