Cuidar el ecosistema y sumar a la belleza del lugar
Cuántas veces nos maravillamos frente a la belleza de las mariposas sin comprender la importante función que cumplen para la vida en el planeta y que, generalmente, con nuestras acciones podemos estar eliminándolas del entorno.
Las mariposas, después de las abejas, son el principal agente polinizador en los ecosistemas. La polinización, que es el intercambio de polen entre las flores, tiene el objetivo de la reproducción y es un proceso fundamental para el mantenimiento de la vida sobre la tierra.
En los últimos años, gran cantidad de especies de mariposas han visto disminuir su población por el avance de la urbanización, el aumento del cultivo de plantas exóticas y la extensión superficial de monocultivos herbáceos (soja, trigo, maíz transgénicos, etc) o arbóreos. Para que las mariposas puedan alimentarse y realizar su ciclo de vida, es necesario mantenerles su medio para que se desarrollen. Para eso se recomienda la conservación y cultivo de plantas nativas hospederas que son el alimentos de las orugas que finalmente se convierten en mariposas. Sin estas plantas, no hay mariposas.
Las mariposas son insectos bioindicadores, su presencia o ausencia en muchos casos determina la salud del ambiente en donde viven, por eso la solución está en crear más espacios verdes, más reservas y biocorredores con plantas nativas para que las especies puedan llegar a otras zonas similares.
Para generar el espacio ideal para estos atractivos insectos hay que cambiar hábitos y dejarse sorprender por la belleza de lo asilvestrado donde la mariposa cumple su ciclo en las plantas sin agroquímicos ni insecticidas. También, hay que tener en cuenta antes de podar que en las plantas hospederas que aparentan estar secas pueden estar hibernando huevos, orugas o crisálidas hasta convertirse en mariposas adultas.
A modo de ejemplo podemos citar como habitantes de la zona de los balnearios de Santa Ana y El Ensueño algunas hermosas especies de mariposas que dependen de sus plantas hospedadoras, las cuales es imprescindible mantener vivas e incluso cultivar.