Comienza una nueva etapa

En Asamblea se eligieron las nuevas autoridades y se confirmaron los objetivos para 2022.

Se realizaron las elecciones en la Asociación Civil Amigos del Bosque resultando electa la lista que encabeza Ricardo Aranda y que suma a Walter Giraldi, Antonella Viazzi, Celina Fripp, Lorena Leggio y Victoria Depalma en la Comisión Directiva, y a Humberto Pontet, Patricio Purstcher, Carolina Larrama, Serrana Espino, Julia Mendoza y Pamela Allala en la Comisión Fiscal.

En la Asamblea también se reconfirmaron los objetivos propuestos para este año, entre los que se pueden mencionar:

  • Retomar el acuerdo realizado con la Intendencia de Colonia en febrero 2020, y que quedó suspendido por la pandemia, donde se acordó el retiro de los árboles y ramas en mal estado de los balnearios de Santa Ana y El Ensueño para generar tranquilidad y seguridad en la población y posibilitar el posterior reforestado de las zonas.
  • Elaborar y presentar un proyecto a la Escuela 119 de Santa Ana para aumentar el relacionamiento de las niñas y los niños con el ecosistema y el cuidado del bosque y el ambiente.
  • Realizar una nueva edición del ciclo de charlas abiertas a la comunidad con profesionales que compartan sus saberes respecto al vínculo con la naturaleza.

En la reunión también se definió realizar a la brevedad una convocatoria a todos los vecinos y organizaciones de la zona con el objetivo de escuchar sus ideas e inquietudes vinculadas al cuidado del rico ecosistema que habitamos y sumar esfuerzos en la preservación del mismo.


Amigos del Bosque retoma sus proyectos y actividades

La Asociación Civil encara el 2022 con renovadas energías para seguir colaborando en la preservación del ambiente en Santa Ana y El Ensueño.

Luego del parate impuesto por la pandemia, Amigos del Bosque enfoca las energías acumuladas y retoma sus actividades.

El 21 de diciembre se realizó la Asamblea General en la que se aprobó la Memoria y Balance 2021 y se definieron los objetivos para el año 2022.

Entre los principales se pueden mencionar:

  • Retomar el acuerdo realizado con la Intendencia de Colonia en febrero 2020, donde se acordó el retiro el los árboles y ramas en mal estado de los balnearios de Santa Ana y El Ensueño para generar tranquilidad y seguridad en la población y posibilitar el posterior reforestado de las zonas.
  • Trabajar sobre un proyecto para presentar a la Junta Departamental sobre la modificación y reglamentación de la ordenanza Bosques Costeros e insistir sobre la inclusión del Guardaparques que prevé la legislación.
  • Elaborar y presentar un proyecto a la Escuela 119 de Santa Ana para aumentar el relacionamiento de las niñas y los niños al cuidado del bosque y el ambiente.
  • Retomar el ciclo de charlas abiertas la comunidad.

En la misma Asamblea se decidió acompañar la jornada que se realizó el jueves 30 de diciembre en Santa Ana, perteneciente a la Campaña #estamosplantando que lleva adelante Ñemity Arboles Nativos, y que se propone plantar 7 árboles por semana en escuelas, espacios públicos e instituciones del Departamento de Colonia, con el objetivo de reforestar llevando el mensaje sobre el rol importante que cumplen las plantas nativas en los ecosistemas.

Por último, se definió realizar una reunión abierta a toda la comunidad a realizar durante el mes de enero en fecha y lugar a definir, para presentar los proyectos, escuchar ideas y sumar energías.


El arte festejó al bosque

Amigos del Bosque organizó un encuentro cultural donde los artistas y artesanos de la zona compartieron sus trabajos. Como parte importante de la acción se difundieron las actividades y objetivos de la Asociación y se realizó una gratiferia.

El pasado 29 de febrero la Asociación Civil Amigos del Bosque realizó un novedoso Evento Cultural en el Balneario Santa Ana, con el objetivo de difundir sus actividades y objetivos, en el marco de la actividad cultural de la zona.

En un ambiente de fraternidad y alegría, gran cantidad de artesanos, artistas plásticos y músicos locales se reunieron en la terraza de la Hostería Don Guillermo para compartir sus trabajos, sorprendiendo gratamente a vecinos y turistas en un colorido evento, que se colmó de magia y energía durante un atardecer espléndido.

El espíritu de libertad que infunde el bosque y la extensa playa y bahía que lo enmarca, se acompañó también, de un hecho poco común: una Gratiferia. Se trata de una feria donde todo es gratis, donde se deja todo aquello que, estando en buen estado de conservación y uso, ya no se utilice, compartiéndolo con quién lo necesite o quiera de manera totalmente gratuita. Es una manera de reciclar reutilizando, donde el sentimiento que se prioriza es el de solidaridad y desapego, desafiando al sistema de consumo y colaborando con el cuidado del ambiente.

En el evento, Amigos del Bosque presentó un espacio donde expuso los folletos, las remeras, videos y cartelería, que forman parte del proyecto realizado con la colaboración otorgada por el Fondo Región Colonia.

Es para destacar le compromiso de quienes llevan adelante la Hostería Don Guillermo que cedieron el espacio y colaboraron con la organización del avento.

Con el caer de la noche, finalizaron las actividades y se fue produciendo la desconcentración de los asistentes, que se retiraron con la satisfacción de haber participado del proyecto de una comunidad enfocada en mejorar su relación con el maravilloso entorno natural en el que vive.

 


La Intendencia removerá árboles y ramas secas

A pedido de Amigos del Bosque, y con el objetivo de dar mayor seguridad a los cuidadanos, la IC comenzará a partir del 15 de marzo a remover ejemplares de riesgo en los balnearios de Santa Ana y El Ensueño. En un segundo paso, se reforestarán todas aquellas zonas que lo requieran.

El miércoles 26 de febrero integrantes de la Asociación Civil Amigos del Bosque se reunieron, en el balneario, con el Director de Higiene y Servicios del Departamento de Colonia, Ing. Luis Garat, que concurrió acompañado por su equipo de trabajo.

En el encuentro se repasó el informe preparado por los funcionarios municipales como resultado de las recorridas realizadas en los balnearios, donde se relevaron 123 casos de riesgo que incluyen: árboles secos, en evidente mal estado o con quebraduras de sus troncos, y otros casos de ramas principales y ramas desprendidas colgadas de la vegetación.

El trabajo fue realizado por personal no técnico de la Intendencia, por lo que el criterio utilizado para el relevamiento se basó en el sentido común en base a los parámetros definidos para el proyecto. El período de relevamiento fue entre enero y febrero de 2020, por lo cual pueden existir eventos posteriores a la recorrida que hayan generado nuevas situaciones de riesgo, las que serán tenidas en cuenta en el futuro.

La remoción la realizará personal municipal y los trabajos comenzarán a partir de la segunda quincena de marzo. Para la realización total del proyecto se estiman necesarios unos 60 días.

La madera producto de las remociones quedará a disposición de la Intendencia, se propondrán diferentes usos finales para lo cuál se participará a las Comisiones y grupos de vecinos de los balnearios.

Mientras se desarrolla la remoción de ejemplares secos, personal de la Intendencia hará un relevamiento de todas las calles donde falte arbolado de ornato público, y allí realizará un plan de reforestación a partir del mes de mayo.

De igual manera la IC comunicará a los propietarios de aquellos predios privados que no cumplan con la densidad mínima de árboles establecida en la legislación para que en un plazo razonable se adecúen a la misma.

Es importante destacar que un bosque es un ser vivo y, como tal, dinámico. Al tener una importante base de árboles de gran porte, el monitoreo constante es imprescindible para asegurar el bienestar de la población que lo habita.

Para esto, Amigos del Bosque entiende que la existencia de personal especialmente asignado (un guardabosques) es de vital importancia en el territorio, tal como se define en la Ordenanza Municipal de 1994. También que eventualmente será necesaria la participación de profesionales especializados en arboricultura para tratar casos puntuales, podas específicas y capacitaciones que permitan concretar el proyecto de manera exitosa.


Sembrar para construir armonía

Durante el mes de enero y la primera semana de febrero, la Asociación Civil Amigos del Bosque distribuyó, casa por casa en los Balnearios de Santa Ana y El Ensueño, folletería informativa con el objetivo de compartir conocimientos que ayuden a preservar el bosque de la zona.

Como resultado de la adjudicación de los Fondos Concursables 2019 del Fondo Región Colonia para su proyecto “Aprendiendo a convivir con el bosque”, Amigos del Bosque distribuyó en todos los hogares de Santa Ana y El Ensueño, folletería con el objetivo de facilitar el conocimiento de las actividades que la Asociación realiza desde hace más de dos años, de la legislación que protege al bosque y de los principios de conservación ambiental sobre los que se sustenta.

Somos naturaleza es el nombre de la campaña y retoma la idea de las personas como parte de la naturaleza y no ajenos, viendo al ambiente como algo externo a lo que se debería cuidar. Somos naturaleza, cuidarla es cuidarnos a nosotros mismos. No existimos fuera de ella.

Durante el verano se distribuyeron casi 1000 folletos que fueron muy bien recibidos por la mayoría de la población, que tuvo acceso a información sobre la legislación, formas correctas de manejo del arbolado y la visión de especialistas en temas relacionados a los beneficios de la sana convivencia con la naturaleza.

Como complemento de la campaña se colocó cartelería en las calles de los balnearios, se gestionó cartelería (de próxima instalación) con la IC para los accesos, y se están produciendo videos informativos.

Además se continúan vendiendo remeras y bolsos con el nombre de la campaña y con parte del producto de las ventas se plantarán árboles en la zona.

Amigos del Bosque cree que es necesario entender que podemos convivir y construir manteniendo la biodiversidad del lugar. Pero lo más importante es lo que dejamos al porvenir, que las futuras generaciones puedan disfrutar del lugar entendiendo la necesidad de preservar su ecosistema para que la rueda virtuosa de la vida pueda continuar funcionando.

La versión pdf de la folletería se puede leer aquí


Volver al bosque

El Ing. Agr. Forestal Gastón Carro, Técnico del Programa de Agroecología de CEUTA, invitado por Amigos del Bosque, brindó una muy interesante charla sobre las necesidades y posibilidades del Bosque Comestible.

Desde comprender por qué durante millones de años el ser humano se desenvolvió dentro de los bosques y cuáles fueron las consecuencias para su salud y desarrollo al abandonarlos, hasta cómo podemos realizar acciones para contribuir a generar una agroecología que produzca los alimentos que necesitamos, fueron los temas que mantuvieron la atención de una sala colmada con un público expectante.

El viernes 31 de enero a las 19hs, en la hostería Don Guillermo, la Asociación Civil Amigos del Bosque de Santa Ana y El Ensueño convocó al Ing. Agr. Forestal Gastón Carro, a exponer sobre lo que se conoce como “El Bosque Comestible”, enfocando en los árboles frutales nativos como el Arazá, Guayabo, Pitanga, Butiá y Cereus, entre otros, y su aplicación, para aprovechar su gran potencial alimenticio. Pero claro, para llegar hasta allí, fue necesario entender cuál es la relación del hombre con la naturaleza, de dónde venimos y cómo en los últimos tiempos hemos estado equivocando el camino al entendernos como algo separado de ella.

El disertante explicó las distintas formas de explotación agrícola y el por qué una agricultura de baja escala, respetuosa y consciente del ambiente, genera mayores beneficios para el conjunto.

Finalmente explicó los distintos tipos de árboles frutales nativos en el Uruguay, sus características, potencial alimenticio, cómo incorporarlos y cuidar su desarrollo e invitó a una degustación de jugo de Arazá que deleitó a la concurrencia.

Como introducción, Guillermo Clavell, presidente de Amigos del Bosque, comentó ante el interés del público, las acciones y objetivos que la asociación civil está llevando a cabo, como ser la difusión de folletería informativa sobre la legistación que protege al bosque y los beneficios de una vida en armonía con el mismo, cartelería en vía pública, el censo de árboles secos y el plan de reforestación (en conjunto con la IC) y la venta de remeras y bolsos, en el marco de la campaña “Somos naturaleza”.

Cerca de las 20:30, después de un intercambio de opiniones en el marco de una muy interesante jornada, la gran cantidad de personas que se acercaron a la convocatoria, emprendía el regreso a sus hogares con las expectativas cubiertas por demás.

 


Cambiar un mundo, que está cambiando…

Invitado por Amigos del Bosque, el Dr. Jorge Mota, director de Salud del Departamento de Colonia, brindó una charla sobre salud en época de calor que tuvo un fuerte acento en las modificaciones que produce a nuestra vida cotidiana el cambio climático.

El miércoles 22 de enero, en la hostería Don Guillermo de Santa Ana y frente a una muy interesada concurrencia de vecinos, se desarrolló un nuevo capítulo del ciclo de charlas abiertas a la comunidad que organiza la Asociación Civil Amigos del Bosque.

“El calentamiento global que afecta a la naturaleza, también genera alteraciones a nuestra salud”. La frase del Dr. Mota comparte criterios con “Somos naturaleza”, el eje que Amigos del Bosque utiliza para su campaña de concientización. A partir de allí, Mota explicó la termorregulación natural propia de la circulación de la sangre, cómo mitigar la agresión de los rayos UV del sol, los riesgos de la lipotimia o los golpes de calor, que son cada vez mas frecuentes.

También conversó sobre cianobacterias y su señal de alerta ante el agravio ambiental por abuso de fertilizantes y agrotóxicos. Habló sobre enfermedades transmitidas por insectos, antes extraños a nuestro habitat y hoy presentes por la suba de temperaturas, y sobre como el desmonte empuja a la fauna hacia nuevos territorios generando convivencias forzadas donde antes no las había. Explicó que ante el encuentro con una vívora, lo mejor es no molestarla y dejarla ir, ya que cumplen un rol fundamental en el control de los roedores que producen el Hantavirus. Que en caso de tener un accidente y sufir una mordedura, no existe riesgo si se actúa con celeridad, ya que el veneno tarda entre 3 y 4 horas en actuar, y todos los hospitales del Departamento se encuentran a menos de media hora de viaje y cuentan con suero antiofídico.

Fue muy interesante escuchar cómo vinculó cada uno de los efectos del desastre ambiental que se está produciendo, con complicaciones a la salud de las personas, agresiones químicas a la tierra, emisión de gases tóxicos y tala de bosques, entre otras, producen efectos que terminan dañando la vida sobre al tierra.

Para concluir habló sobre la importancia del diálogo intergeneracional, escuchando a los ancianos y también a los jóvenes, para pensar acciones proactivas que podamos desarrollar en nuestra vida cotidiana y comunitaria: Desarrollar la agroecología, recuperar la alimentación natural, hacer ejercicio y cuidar el bosque son algunas medidas a nuestro alcance con las que podemos colaborar para revertir la situación. Transformar el modelo de producción y de hiperconsumo es una tarea colectiva en la que podemos sumarnos.

Como cierre recordó la frase de Galeano: "Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, en lugares pequeños es la que va a cambiar el mundo".


"El contacto con la naturaleza trae paz y salud"

El médico y profesor universitario nacido en Juan Lacaze reflexiona sobre la velocidad y las enfermedades que provocan las ciudades, y lo contrapone con el bienestar y ejercicio terapéutico que puede representar la vida en un bosque como el de Santa Ana y El Ensueño.

El reconocido arquitecto y urbanista Rodolfo Livingston siempre recuerda que hay dos frases que describen a las ciudades. Una es la publicidad de “Escapadas” de las agencias de turismo. Si uno tiene que escaparse es porque algo está fallando, dice Livingston. La otra es esa comparación trillada entre la ciudad y “una jungla de cemento”. Livingston la rebate por completo: “En verdad no es una jungla, sino un zoológico. Las enfermedades de los animales en los zoológicos se parecen a las de los humanos en las ciudades. Cardiopatías, inmovilidad, stress. La ciudad inmoviliza a la gente”, razona el arquitecto argentino. De este lado del río, con una vida académica que los emparenta, el médico Lucas Viñoli Knuser aporta una mirada en esa misma línea: “La felicidad del ser humano se refleja cuando está en la naturaleza”, dice Lucas.

Nacido y criado en Juan Lacaze, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y formado en la Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba, Lucas se especializó en radio-oncología y trabaja en el CCOU de Juan Lacaze y en ASSE de Nueva Helvecia, además de ser docente de la Cátedra de Radio-Oncología del Hospital de Clínicas de Montevideo. Sin embargo, Lucas no eligió una ciudad para vivir, sino un bosque: el de Santa Ana, donde participa de la Asociación Civil Amigos del Bosque, un bosque del que se enamoró como ahora también está enamorado de El Chaltén, un pueblito perdido entre las montañas de la Patagonia. “Es un lugar sin tocar. Bosques conservados. Los árboles que están caídos, permanecen allí”, cuenta. Y enseguida lo relaciona con su especialidad, la medicina. “La salud ahora se entiende como un concepto integral. Es psicosocial. No solo la salud biológica sino la psicológica y la relación del ser humano con el medio”, remarca.

—¿Por qué es importante para la salud de las personas vivir en contacto con un bosque? 

—Más que importante, debería ser esencial. En el libro “El Mono Desnudo”, el zoólogo Desmond Morris cuenta que hay 193 especies vivientes de simios y monos: 192 están cubiertos de pelo, la excepción es un mono desnudo que se ha puesto a sí mismo el nombre de Homo Sapiens. A esto me refiero con la esencia: ancestralmente hemos vivido en la naturaleza, venimos de una vida de bosques, ríos y montañas. Vivir en ámbitos de naturaleza modificada o, en el peor de los casos, sin naturaleza hace que el ser humano inconscientemente se sienta extraño. Es terrible cuando nos damos cuenta de que no somos “bichos de ciudad”. Alejarse de nuestra esencia, de nuestros instintos, quizás sea motivo de infelicidad y no lo sepamos. El bosque, en su mejor estado, es un lugar preservado. No existe la alteración en el crecimiento de sus frondosas ramas, donde vienen a posar y cantar animales silvestres, especies nativas. Estar en contacto con la naturaleza y su dinámica nos dará respuesta a muchas de nuestras cuestiones que traerán paz y salud.

—Frente a la vida en pueblos y ciudades, ¿qué aportaría a la salud mental de las personas estar en contacto con la naturaleza? 

—En las urbes la salud mental se ve afectada con mayor frecuencia por los flagelos de la vida cotidiana, las enfermedades de la propia ciudad. El ruido –no el sonido– deteriora de a poco a la persona. Es común no escuchar pájaros y suplantarlos con las bocinas de los vehículos. Altera y activa con exceso los estímulos nerviosos. Lo mismo pasa con la luminosidad, en las ciudades hay un exceso de luz blanca, la que tiene el propio celular. Además de estimularnos en exceso, nos provoca alteración del sueño. Nada es tan bello como estar a la luz de la luna. Los olores de la ciudad no son tan agradables como cuando florece un espinillo en primavera. Comparemos la combustión de los autos, la fetidez de las cloacas y la basura al olor de las hierbas frescas por la mañana en un bosque. Seguro que sea motivo de una sonrisa. La cúpula de polvo urbana, el smog, hace que aumenten en el aire el monóxido de carbono, los hidrocarburos, alquitranes, óxidos de nitrógeno. El saber que vivimos así, y saber que el nivel de oxígeno es menor en estos lugares nos da tristeza. ¿Quién no ha pensado que el humo que le tira un ómnibus en la cara le generará alguna enfermedad? La temperatura es mayor en las ciudades por el efecto invernadero, los edificios tienen efecto deflector y además impiden el paso del viento. Además de la colonización de gérmenes que esto genera, no es lo mismo la humedad y el oxígeno que contiene un frondoso bosque, con temperatura agradable, en comparación a la situación nombrada. En Beijing las personas se cubren las vías respiratorias para evitar supuestas enfermedades que podrían padecer. De a poco la ciudad nos va atrapando y enfermando, no es raro hablar del stress, de la neurastenia que se sufre. Los insultos frecuentes, los nudos ajustados de las corbatas, las demoras, la vida rápida. La percepción del tiempo cambia, es estresante de verdad. Creo que la solución está en crear una ciudad sustentable. Bajar el nivel de consumo y plantando, no talando. Usar medios de transporte que no generen contaminación de ningún tipo. Así se reducirían los trastornos físicos y psicológicos provocados por la vida de ciudad. Hay que estar cerca de la naturaleza más a menudo para sentirnos mejor. Eso sí, con respeto, sin dañarla.

—¿Existen políticas públicas que vinculen la salud con la vida natural? 

—En Uruguay no hay pautadas acciones que vinculen a la naturaleza con la salud de los pacientes. Sí existen hospitales rodeados de árboles, que no son la mayoría, donde vemos a los pacientes y familiares sentarse en los asientos debajo de ellos. Me llama la atención la Colonia Etchepare: atiende pacientes con patologías psiquiátricas, lo rodea un amplio bosque pero realmente desconozco si lo utilizan con fines terapéuticos. En otros países como Noruega se construyen hospitales dentro de bosques nativos. Le da un giro a los conceptos arquitectónicos clásicos de los hospitales con sus salas frías y pasillos sin fin. A estos retiros se los llaman “Friluftssyykehuset”: se enfocan en el bienestar emocional, además de resolver temas propiamente físicos. En 2014, para un estudio psicológico evaluaron a 1991 participantes del programa “Caminando por la salud”. Encontraron niveles más bajos de depresión en estas personas. Caminar los ayudaba a mitigar los efectos negativos de los eventos estresantes de la vida y el estrés general. Recomendaban caminar tres veces a la semana por la naturaleza.

—¿Es peligroso para la salud de las personas alimentarse con plantas y hongos silvestres?

—Es bueno citar dos consejos de buscadores de hongos: “Si no lo conoces, tíralo” y “Marrón y pequeño déjalo allí”. Con esto quiero decir que existe mucha información al respecto, hay literatura fiable, recomiendo el libro “Hongos” del investigador Alejandro Sequeira. Existe un riesgo considerable al consumir lo silvestre si no estamos adecuadamente informados. Ante la duda no llevarlo a la boca, o mejor dejarlo en su lugar para que siga su ciclo vital. Es importante saber también que en Uruguay existe un número de guardia las 24 horas, sólo en caso de intoxicación. El CIAT pertenece a la Cátedra de Toxicología del Hospital de Clínicas (UDELAR). Para llamar desde el interior es (2) 1722. Las intoxicaciones pueden causar diferentes síndromes, desde una simple diarrea, un trastorno, a la falla multi-orgánica acompañada de la muerte. Y la gravedad del cuadro dependerá de la dosis ingerida y el tiempo de demora a la consulta con el cuerpo médico.

—Como en todos los veranos, se hace hincapié en tomar recaudos para evitar mordeduras de serpientes y picaduras de insectos. ¿Qué podrías decir sobre este tema? 

—Que para resolver el problema siempre hay que estar informado sobre el lugar en que se vive o en que se encuentra. Qué víboras hay, qué tipo de arañas. Estuve en Rocha y en esa zona, por ejemplo, hay alacranes peligrosos. Además de víboras cascabel, que pueden matar en tres horas. En Colonia hay cruceras y yaras. Las mordeduras pueden ser mortales si transcurren seis horas. Pero eso no tendría por qué pasar. En 30 minutos se puede llegar al médico y ahí todo se resuelve. Si te muerde una víbora, lo ideal es quedarse quieto y que alguien te lleve al médico. Ahí te inyectan el suero antiofídico y te realizan la curación pertinente. Tienen que pasar seis horas para morirte, algo que por lo general no ocurre.

—¿Por qué elegiste vivir en Santa Ana?

—Porque es un área protegida. Y así también me siento protegido. A pesar de que la Intendencia no se ponga firme con la reglamentación de cuidar la naturaleza de manera apropiada. Es un lugar natural donde se ven flora y fauna nativa. No existe el consumo a gran escala. Hay personas que escaparon de las ciudades. Hay retirados. Y hay filosofía. Es un lugar donde se puede vivir en comunidad. Se anda mucho a pie. A buscar víveres a sólo dos mercados. Se hace huerta. Hay sombra. Hay aromas a las flores y se escuchan los cantos de los pájaros. Uno se vuelve un estudioso de la naturaleza sólo con observar. Te lleva a leer y aprender de la vida. Como escribió Thoreau: “Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentar sólo los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella me podía enseñar, no sea que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido”. Soy de Juan Lacaze, ese es mi pueblo natal y donde además tengo mi rancho de pescadores. Desde el punto de vista natural es hermoso. La playa del Charrúa es mi escuela. Pero no hay leyes de protección a la naturaleza.

Los empleados de la Intendencia hacen leña con los árboles, muchos de éstos mueren por mala práctica de la poda. El ejemplo que impactó al pueblo fue el icónico y añoso eucalipto de la fábrica textil. Un día cualquiera vienen éstos empleados y lo debilitan. Le sacan metros de leña. Porque quizás algún día alguna rama caería. No sólo quedó horrible a la vista sino que también debilitaron al árbol. Tenía una frondosidad majestuosa. Teníamos una sombra poderosa debajo suyo mientras esperábamos el ómnibus. No recuerdo que alguna vez se haya caído alguna rama. Sin embargo este mes después de grandes vientos del sur se cayeron ramas. Nadie le pidió perdón al árbol. Necesitamos formar a las personas para que trabajen de manera digna frente a la naturaleza. Las ciudades como Juan Lacaze o Colonia tienen cientos de árboles mal tratados. Deberíamos tener hermosos túneles frondosos en las calles. Sin embargo no entiendo la belleza que se le encuentra a un tronco pelado y casi muerto. Debemos tener conciencia. Debemos mejorar el tema del medioambiente. Debemos aprender.

—¿En qué sentís que mejoró tu salud desde que vivís en Santa Ana?

—En el sentido del tiempo. Despertarse en un lugar donde la vida es lenta. No suenan las alarmas. Tenés menos preocupaciones, menos información agresiva, pasan menos cosas, la vida se disfruta más. Dormirse con el sonido de un pájaro que trabaja de noche. Todo eso baja el stress y hace que uno tenga una mejor calidad de vida y, en consecuencia, mejor salud.

Por Agustín Colombo
Periodista del diario Perfil y de la Revista Cítrica, en Buenos Aires.


Informar para proteger al bosque

Amigos del Bosque fabricó e instaló cartelería que comunica que el bosque de Santa Ana y El Ensueño está protegido por la ley y no se puede talar ni podar sin permiso específico.

La fuerza del trabajo comunitario produjo nuevos frutos: se fabricaron e instalaron decenas de carteles en los balnearios que comunican la situación de bosque protegido por la ley.

Se trata de otro de los compromisos asumidos en el proyecto presentado al Fondo Región Colonia y la idea es llegar, durante el mes de enero, al centenar de carteles instalados.

La acción se desarrolló gracias a las gentiles donaciones de materiales y al trabajo de compañeros de la Asociación Civil que construyeron, pintaron e instalaron la cartelería.

La Ordenanza de Manejo de Bosques Costeros (1994) establece el marco legal que regula el uso y el manejo de  los bosques costeros urbanizados del Departamento, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 23 de la Ley Nacional Forestal, del 28 de diciembre de 1987.

Toda intervención sobre el arbolado en terrenos privados, ya sea tala o poda, deberá contar un un permiso emitido por la Intendencia de Colonia y deberá cumplir con las normas en cuanto a densidad mínima exigida de árboles en el terreno

La intervención sobre el arbolado público será exclusividad de la Intendencia y deberá contar con con un informe técnico idóneo que verifique la causalidad que justifica la acción. El árbol público es patrimonio de toda la comunidad y, por eso, la intervención deberá tener como objetivo principal la conservación del ejemplar en cuestión.

En todos los casos la documentación para la realización de los trabajos, como guías de traslado de la madera deberán estar disponibles para su verificación en el terreno por la autoridad competente.

 


El desmoche y la bajada en altura enferman y matan al árbol

El desmochado de árboles tiene su origen en la edad media y es algo que, lamentablemente, todavía es frecuente en las comunidades de América: Troncos con muñones que permanecen desnudos en el paisaje, árboles despojados de toda su dignidad y gracia.

Nunca corte ramas principales tranformándolas en muñones. El desmoche es lo peor que se puede hacer para la salud de un árbol. La mayoría de las especies no lo toleran y se produce la enfermedad y muerte del árbol.

El “bajar en altura” es una experiencia extrema de desmochado que directamente mata al árbol, dejando un tronco que generalmente se seca.

8 buenas razones por las cuales NO desmochar:

  1. Inanición: El descabezado reduce tanto la copa frondosa, que le quita al árbol la capacidad de elaborar su alimento.
  2. Shock: Al quitar la cubierta protectora de la copa del árbol, el tejido de la corteza queda expuesto a los rayos directos del sol. La quemadura resultante puede ocasionar la muerte del árbol.
  3. Insectos y enfermedades: Los extremos expuestos de las ramas descabezadas son muy vulnerables a enfermarse por la invasión por insectos o por la descomposición por esporas de hongos.
  4. Ramas débiles: Las ramas nuevas que crecen de una rama desmochada (muñón) no responden a la estructura original del árbol, están débilmente unidas y son más propensas a romperse.
  5. Rápido crecimiento nuevo: En vez de controlar la altura y diseminación del árbol, el desmoche tiene el efecto opuesto. Las ramas nuevas son más numerosas y frecuentemente crecen más altas que las originales.
  6. Muerte del árbol: Muchas especies de árboles no toleran la pérdida de ramas principales, pero aun así sobreviven. En el mejor de los casos, los árboles quedan muy débiles y propensos a enfermedades.
  7. Fealdad: Un árbol desmochado, es un árbol desfigurado. Aun con el nuevo crecimiento, nunca logrará la gracia y el carácter de su especie.
  8. Costo: Con árboles desmochados hay caída en los valores de la propiedad, además de gastos de remoción y reemplazo si el árbol muere, lo que es muy probable.

La poda apropiada, una alternativa al desmoche

Cuando se ha tomado la decisión de reducir el tamaño de un árbol viejo, en lugar de desmocharlo, puede podarse de una manera adecuada. Aunque la supervivencia, la velocidad y la naturaleza del rebrote dependan de la especie y de los factores locales, la diferencia entre desmoche irresponsable y poda competente será notoria.

FUENTE: Arbor Day Foundation /USA

 

Mirá el gráfico de cómo involuciona un árbol desmochado vs un árbol bien podado.
GRÁFICO